domingo, 7 de septiembre de 2008

Pollo En La Cova

Pollo ya ha vuelto de sus vacaciones, y después de un retraso a la hora de escribir, por motivos ajenos a él, aquí está de nuevo... Para hablarnos de sus vacaciones. Pollo de momento no nos mostrará las fotos de sus primeros destinos, pues todas las fotografías allí realizadas son en playas nudistas, y Pollo sabe que lo bonito es insinuar, no enseñar (además, está esperando a que salga su posado en la revista PlayPollo, para por fin derrotar a su enemigo, el Gato, siendo más sexy que él).

Por lo tanto, Pollo expondrá sus cortas pero intensas vacaciones en una civilización apartada del mundo real: la Cova. 

La Cova, un territorio inexplorado hasta ahora, es habitado por todo tipo de seres, desde hormigas negro-rojizas revolucionarias hasta grupos organizados y conservadores de gatos gays.

Este lugar, apartado de la mano de Dios, ocupa el término municipal de dos pueblos valencianos distintos, Torrente y Montserrat, y es un lugar lo suficientemente pacífico como para que el resto de la familia de Pollo pueda vivir con tranquilidad lejos de su Esparta natal. Y todos los veranos, Pollo hincha de amor sus adoradas alitas para ir a visitar a sus padres y su hermano: La familia real Espartana Polluela.

Así pues, el animalito que en España lo hace todo, después de recoger a sus padres en un gran carruaje formula 1, se detuvo en la falda de la montaña. Allí, todas las vacaciones se vería acompañado de ese otro emplumado familiar, un deshecho de la naturaleza, un error del universo partido en dos trozos así como el dolor mismo personificado: Su hermano, Inválido.

Inválido cuenta con una triste pero curiosa historia. 

Antes de estar el pollito dentro del huevo, Gorgo, como buena reina espartana, estaba entrenándose en el arte de la espada cuando un rayo angelical se posó sobre ella. Se trataba de una luz divina, venida de los cielos, que dijo con voz trémula "Fecundarás un deshecho de la naturaleza, todo un horror, pero no temas, algún día será digno de reinar a espalda partida el reino de Esparta"
Pasado esto y presa del miedo, corrió a su nido y habiéndolo consultado en la Biblia Pollina, descubrió que se le había aparecido nada más y nada menos que la Virgen de los Pollos. Sin embargo, minutos después se encontró durmiendo entre la paja y el estiércol gatuno. ¿Sueños o Realidad oculta? es algo que nunca llegará a saber.

Pero varios meses después, al eclosionar el huevo real, contempló horrorizada como su hijo tenía la columna partida y retorcida, y su cara lucía una espantosa expresión de dolor eterno de la que nunca se libraría.

A su lado, como contraste, se encontraba un joven y adorable pollo, con algunas secuelas del accidente, pero después de todo muy bello y con el porte digno de un príncipe. Nuestro pequeño y escandaloso protagonista: Pollo.

En el fondo, bajo esa capa prepotente y narcisista, se encuentra un gran corazón lleno de ternura que únicamente demuestra con su hermano pequeño, el renombrado "Inválido". Pollo tendría grandes planes con él, y se encargaría de que éste fuera tratado como un rey, con las esperanzas de que pudiera también acceder al trono espartano y así, permitirle seguir viendo mundo.

Desde el momento de su nacimiento lo hizo sentirse como un pollo más de la familia. Le enseñaron a leer y escribir, a luchar y a defenderse, a orar a la Virgen Pollina, a bailar y a disfrutar de la compañía de bellas doncellas de compañía. Y además, los momentos en los que va a la piscina con Mamá Gorgo y con él le hacen ser un pollo muy feliz.

Dejando de lado la vida familiar espartana, Pollo ha vivido buenos así como no tan buenos momentos en la Cova.

Como entretenimientos, Pollo ha podido disfrutar de dos grandes piscinas y playas nudistas con las que deleitarse la vista. Con un inigualable bañador ajustado de piel de leopardo y dispuesto a impresionar a las jóvenes pollinas, se lanzó a la aventura pasada por agua. 

 Aparte, buscando emociones fuertes, Pollo contaba con la ayuda de su pequeña pero veloz moto, "Xiken". Gracias a ella, supo lo que era partirse el pescuezo, desfigurarse la cara o pasarse en coma tres años. Y es que no sólo el alcohol era malo, y es algo que tuvo muy presente gracias a ello.

Sin embargo, nuestro animalito también buscaba alguna diversión tranquila, y en el fondo de su jardín encontró otro juguete que le habría marcado de por vida: El Columpio. Balanceándose al ritmo de una de sus bandas favoritas, Astrud, recordó como había perdido sus dientecillos afilados de leche. Hubo mucha sangre, sí, y fue muy doloroso, sí. Pero la experiencia de salir disparado del columpio no podría quitársela nadie.

Pero el lado oscuro de la historia viene relacionado con unos diminutos, molestos y feroces invasores: el grupo revolucionario de hormigas. 

Como todas las mañanas, Pollo tenía la costumbre de subir hasta el Depósito de Cadáveres (Antes bautizado como "Depósito de Agua". Pero claro, eso es otra historia que ya será narrada en un futuro no muy lejano). Una vez allí, junto con el aire fresco y puro de la montaña, y el hedor fabuloso de los enemigos muertos bajo su acero, extendía sus alitas para sentir la grandeza de su figura frente a las diminutas ciudades que lo rodeaban.

De camino a aquel lugar, se topó con las ya mencionadas enemigas. Así pues, armado con todo tipo de proyectiles que tenía a mano (cuchillos, metralletas, espadas de todo tipo, pistolas láser...) comenzó una encarnizada batalla. Y aunque el mal intentó poner la batalla de su parte, desatando el lado más salvaje de Pollo...

El resultado, como era de esperar de un descendiente de sangre espartana, no podía ser más obvio. 321 hormigas mordiendo el polvo, con duras y profundas heridas de muerte. Un paisaje precioso se extendía antes sus pies (de esos por los que pagaba grandes sumas a cambio de que decoraran con esa temática su habitación veraniega), lleno de sangre, miembros varios formando una pila de futura comida para los carroñeros, globos oculares, pieles colgando como tendones, tripas variadas entrelazadas de un cadáver a otro y sobre todo muchas, muchas cabezas cortadas y pinchadas en lo alto de los pinos para que todos pudieran regodearse de tan fabuloso festival.

Gracias a eso, la mayoría de los pueblos podrían contar a la luz de las hogueras como Pollo vencía a sus crueles enemigos, con detalles que preferimos omitir para evitar posibles daños a la gente sensible.

En fin, Pollo ya está de vuelta en Valencia, preparandose para volver a clase y a su actividad viajera de siempre, por lo que volveremos a verle pronto por aquí mostrándonos todas sus aventuras. Lo que no quiere decir que no añore a su familia... Y los juegos con su hermano.

6 comentarios:

Carcayú dijo...

Le faltan explosiones, pero no se puede pedir todo.
Creo que es, hasta la fecha, mi entrada favorita del blog.
Cuando hagáis una con explosiones, me corro.

Miguel dijo...

Les deseo el mejor curso de sus pollunas vidas tanto al señor pollo como a las señoras Mari Carmen que escriben este blog por él. =) Ah, y la más rápida recuperación del síndrome postvacacional

Marqués de pollo y dos alas dijo...

Axi: Las explosiones vendrán pronto, tranquilo. Me alegro que te haya gustado la entrada...y eso que yo pensaba lo contrario xD
Por cierto, un pequeño negocio...¿es posible que puedas hacer una chapita de playpollo :3? (y del inválido *.*?)

Miguel: Gracias =D Lo mismo digo, cómico! =)
El síndrome postvacacional de momento no nos está afectando demasiado... (más bien es que no ha llegado xD)

Carcayú dijo...

Chapitas las que queráis, pero sus esperáis que se me ha roto la prensa y la hemos liado parda xD
A ver si ganamos suficiente pasta en la Burjassotaku como para reponerla, que estamos mu pobres xD

Marqués de pollo y dos alas dijo...

¿Cuándo eran las Burjassotaku?

Misaoshi dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJA

me ha entristecido y todo la parte del hermano inválido.

Qué buen momento me ha hecho pasar la vida de Pollo.